miércoles, 21 de julio de 2010

JOHNNY WINTER




Tuve millones de noches de imsonio, desesperada daba vueltas por la casa sin saber muy bien que hacer, leía asta artarme, veía la tele, aparecía el hambre que no es hambre sino aburrimiento, a veces intentaba dormir en otro sitio que no fuese mi cama; lo había probado todo y las noches empezaron a convertirse en una auténtica pesadilla, un sinfín de horas por delante, interminables, mucho tiempo para pensar, para reflexionar, para llegar a conclusiones que no terminaban de gustarme; entonces, descubrí a Planeta Dolores, un programa de radio que conocí a través de un artículo. Al principio, lo encontré tan absurdo que todas mis esperanzas de haber encontrado el entretinimiento perfecto para mis largas noches, se desvanecieron. Aquel comentarista que parecía estar colocado de alguna especie de alucinójeno, me enganchó, era como ver una película absurda y no poder cambiar de canal, porque es tan patética que no puedes imaginar el final y ya necesitas verlo; yo necesitaba saber a qué conclusión quería llegar aquel extraño locutor de radio que parecía decir cosas sin sentido, entonces calló y dijo: Johnny Winteeeerrrrrr, con voz erótica y Jhonny Winter empezó a sonar; todos mis sentidos se agudizaron y pensé, y este?, me gusta, quién es este Johnny Winter?. Ahí fue donde lo descubrí, después de escucharlo todo lo que aquel comentarista decía empezó a cobrar sentido y además resultaba ser interesante y todo. Tuve que investigar sobre aquel tio que había conseguido parecerme un genio de la música y resultó llevar toda una vida haciéndolo, era yo la que no estaba al día, porque Winter se había convertido en la estrella del blues eléctrico ya a finales de los sesenta con una larga trayectoria por delante y también por detrás. Y así fue como apareció en mi vida.
No pude parar de escuchar, desde entonces, al comentarista colocado y por supuesto, no he podido parar de escuchar a Johnny Winter.

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